Desperté una mañana al lado de una mujer de sugerentes
curvas, dulce aroma y una mirada llena de morbo cubierta por sus relajados
parpados. La observé fijamente; Su largo cabello, su pálida piel...
Recordé entonces como la noche anterior fantaseaba erróneamente
asegurándome que tendría una sesión de sexo ultra satisfactorio con aquella
"supuesta" belleza.
-¡Que equivocado estaba!- Pensé.
Aquella mujer de canon social sobresaliente, lejos de
aportarme una inteligente conversación o algún emocionante momento, apenas me
excitaba en cuanto a lo que la cama se refiere. Y esta no era la primera vez.
El sexo clásico empezaba a resultarme aburrido. Comenzaba a
desear cosas que antes me resultaban incomprensibles. La experiencia me había
ayudado a conocerme y ahora tenía claro que debía buscar mi felicidad y el
placer al lado de otro tipo de personas. Personas que como yo, también tenían
claro quiénes eran y lo buscaban sin miedo alguno.
Me vestí tratando de no despertar a mi acompañante y le di
un beso en la frente dispuesto a irme.
-Uhmmm... ¿Adónde vas? Príncipe- Dijo ella con una sonrisa
en los labios.
-A un reino donde lo que parece oscuro, ilumina realmente mi
corazón-
LEO.
luzdivina
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